El "precariado" no es una víctima, es el cómplice perfecto del sistema capitalista
- Alfonso Gracia
- 19 abr 2019
- 4 Min. de lectura

En respuesta al tremendo éxito que está teniendo el vídeo que colgó recientemente en YouTube el usuario apodado Cuellilargo, que llevaba por título "¿Es el capitalismo el mejor sistema posible? Spoiler: ni de broma", en el siguiente post nos gustaría plantear, que no dar respuesta, a una paradoja que tal vez os resulte familiar: la de que vivimos en un mundo donde constantemente proliferan, especialmente en las redes sociales, análisis e informaciones bien documentadas y críticas (en forma de tweets, posts de Facebook o vídeos como este), capaces, por lo mismo, de remover la conciencia de miles y miles de personas en las más diversas partes de un mundo extremadamente extenso, variado y plural.
Un mundo en el que se ha vuelto imprescindible cierto saber práctico relativo a cómo desenvolverse en los nuevos medios de comunicación.
Y, por suerte, los autores de estas informaciones parecen disponer de ese saber; lo que asegura un éxito fulgurante que augura miles de likes, millones de reproducciones, cientos y cientos de comentarios...
Pero nada más.
En el mejor de los casos, ese éxito servirá para lanzar al estrellato la carrera profesional, ya sea política o periodística, de su autor.
Pero la cuestión de fondo permanecerá indemne. Pues el sistema parece un "muro" ante el que la crítica se estrella de forma inútil y quijotesca.
¿A qué se debe esta aparente inutilidad? ¿Será mera cuestión de que tales informaciones se ven obligadas a convivir y competir con otras tantas "mentiras" en las redes sociales?
La mayor parte de los autores piensan así, pero, en nuestra opinión, no se trata de eso.
El problema no es que tales planteamientos tengan más o menos éxito entre los actuales consumidores de información. No es solo el hecho de que vivimos en una sociedad cada vez más polarizada, donde resulta imposible ponerse de acuerdo con el contrincante político.
Se trata de otro problema, que posiblemente te hayas planteado más de una vez, pues parece una maldición.
Es la paradoja que caracteriza a muchos movimientos revolucionarios o emancipadores que, por desgracia, acaban siendo absorbidos, más pronto que tarde, por la misma lógica que pretendían confrontar: por la lógica del capitalismo.
Es decir, por el mercado.
Por resumirlo en una sola imagen:

Dicho esto, llega el momento de explicar de qué modo creemos que se expresa esta paradoja en el mencionado vídeo. Si lo habéis visto al completo, habréis comprobado que sus argumentos se apoyan en datos y análisis muy consistentes (¿o no?). Ciertamente, parece que el mantra de que el capitalismo es el mejor sistema posible contra la pobreza es poco más que eso, un mantra. Si no lo habéis visto os recomiendo que lo hagáis ahora:
Como aquí se explica, si, para argumentar que un sistema económico crea riqueza, se pretende que el límite de esa riqueza se valore en menos de 2 euros diarios, es que directamente nos toman por idiotas.
Por lo tanto, derroquemos el sistema, ¿no?
Escuchemos lo que, a este respecto, expone el tal Cuellilargo:
Lo que dice es lo siguiente: que "no hace falta renunciar al móvil", que "no hace falta renunciar a la lavadora"...
Por lo tanto, lo que dice es que no: que no hace falta derrocar al sistema.
"No preocuparse", que diría el folclórico.
Que lo que hay ahora es una clase social "consciente" que él llama "precariado"... Al parecer, esa es la que nos tiene que salvar. Y yo me pregunto entonces:
Por un lado: ¿por qué no hay que renunciar "al móvil"? ¿Y si resultara que sí? ¿Y si resultara que la única manera de luchar contra la economía global fuera, precisamente, abstenerse de participar en ella, dejando de consumir sus productos? En principio, no parece un despropósito, dado que decimos que el problema está, precisamente, en la economía...
Por otro: ¿precariado? ¿Qué aporta este concepto? Suena como a "proletariado", sí, y en efecto, al definirlo como una clase "consciente" parece recordar algo que dijo Marx, pero...
Si pensamos conjuntamente ambas cuestiones, cabe la posibilidad de formular una tesis reveladora:
Decir "precariado" es una manera de aceptar que nadie quiere dejar de participar en el sistema.
Piénsalo un momento:
¿De qué es "consciente" ese "precariado" (en caso de que realmente sea consciente de algo)?
Escuchemos otra vez el vídeo: es consciente de rendir tributo al mismo sistema que le esclaviza.
Es consciente de la destrucción que él mismo está produciendo en el mundo, con su trabajo y con su consumo.
Es consciente de que todo ello solo le lleva a una existencia "precaria", ante la que se presenta como víctima...
Pero también como verdug@.
Al menos, mientras no sea capaz de renunciar a esos artefactos que son, precisamente, los que convierten su existencia en "precaria":
El móvil, el televisor, la lavadora...
No sé vosotr@s, pero yo creo que valía más la pena que nos hubiésemos quedado con el concepto de "proletariado", aunque haya a quien le parezca demodé:

Aquél/la que no tiene nada... salvo su propia fuerza.
¿Puede vivir en la precariedad el proletariado? Parece evidente que no...
Porque vive aún peor. No vive, ni siquiera, con "pocos" medios. Vive, directamente, sin ellos.
La existencia de un sujeto así nunca se va a poder definir como "precaria". Vivir de forma precaria, al fin y al cabo, no es más que una manera de poner nuestros ideales en el lugar que le conviene al mercado.
Piénsalo:
Nuestra existencia es precaria porque no podemos consumir tanto y tan bien como nos gustaría... Y ello a pesar de lo mucho que trabajamos. Dicho de otro modo:
¡Ello a pesar de lo mucho que (creemos que) nos lo merecemos!
Al contrario de esto, el proletario es la clase que no vive, ni siquiera, de forma precaria; simplemente, porque carece de todo:
De móvil, de televisor, de lavadora...
Por eso hubo un tiempo en que se pensó que esa carencia sería el motor que acabaría por producir un cambio. Y aunque realmente no sé si algo así es, siquiera, posible...
Si así fuera...
Si la única manera de salvarnos consistiera en "volver a hacer pinturas rupestres", por reproducir el chascarrillo del vídeo...
¿Estaríais dispuest@s a hacer ese sacrificio? ¿Seríais capaces de renunciar a los bienes de consumo?
¿Al móvil? ¿Al televisor?
¿Incluso a la lavadora?
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