"La idea de que todos los problemas personales son enfermedades mentales constituye prácticamente una enfermedad en sí misma. Su principal causante es la irreflexión y la mayor cura la lucidez. Ahí es donde la filosofía entra en juego."
(Lou Marinoff)

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Psicoanálisis y Asesoramiento Filosófico
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" ¿Dónde está la utilidad de nuestras utilidades?
Volvamos a la verdad: vanidad de vanidades "
Antonio Machado
Asesoramiento filosófico
El asesoramiento filosófico responde a un interés que posiblemente sea tan antiguo como la propia filosofía. En este sentido, ya Sócrates decía que una vida no examinada no valía la pena ser vivida.
A raíz de los descubrimientos del psicoanálisis, todo el siglo XX ha sido testigo de la aparición de numerosas prácticas terapéuticas asociadas a planteamientos filosóficos específicos: desde el análisis existencial de Heidegger hasta el esquizoanálisis de Deleuze y Guattari, pasando por la logoterapia de Viktor Frankl, los filósofos han tratado de comprender los motivos profundos del malestar humano con el objetivo de ayudarle a alcanzar una mayor autonomía basada en el autoconocimiento.
Desde 1980, los filósofos especializados en asesoramiento filosófico ofrecen sus servicios de consejería o consultoría a pacientes que buscan una comprensión filosófica de sus vidas, problemas sociales, o incluso problemas mentales. En el último caso, la consejería filosófica se suele presentar como una práctica terapéutica alternativa que complementa a la psicoterapia.
El asesoramiento, así concebido, consiste en una relación de ayuda que ofrece al paciente las preguntas orientadas a facilitarle la comprensión y la superación de su confusión y de su sufrimiento. Para ello no hay más método que una escucha carente de prejuicios y del diálogo socrático como herramienta que ayude al paciente a ordenar sus pensamientos y, así, a avanzar en su propio autoconocimiento.
Como asesores filosóficos no nos limitamos a ayudar, sino que además orientamos, acompañamos y aconsejamos en la reflexión y el diálogo con el sujeto que padece, para guiarle en el descubrimiento de un saber profundo, inconsciente, que, por desconocido, le perturba.
En ello radica la acepción terapéutica de la filosofía, que entiende el malestar como una oportunidad para el crecimiento, a partir de una observación cuidadosa de los problemas que nos traen a consulta.
¿Qué es el asesoramiento filosófico?
HISTORIA
El año 1978, Peter Koestenbaum, de la Universidad Estatal de San José (California), publicaba un libro titulado The New Image of the Person: The Theory and Practice of Clinical Philosophy, en el que exponía las contribuciones esenciales de la filosofía a la consejería. Con esta propuesta de acercar la filosofía a la clínica, se convertía en el más reciente precursor de una práctica, de otra parte, inmemorial, que consistía en la antigua comprensión de la filosofía como saber práctico sobre los asuntos más íntimos y vitales del ser humano.
Su propia práctica fue incrementada por programas de formación de profesionales de la salud mental en aplicaciones de principios filosóficos. La primera asociación de consejería y práctica filosófica es la Sociedad Alemana para la Práctica y Consejería Filosófica, fundada en 1982 por el filósofo alemán, Gerd B. Achenbach. En Estados Unidos, la asociación más antigua de consejería y práctica filosófica es la Asociación Nacional de Consejería Filosófica (NPCA), formalmente llamada Asociación Americana de Filosofía, Consejería y Psicoterapia, que fue co-fundada en 1992 por tres filósofos norteamericanos: Elliot D. Cohen, Paul Sharkey y Thomas Magnell. Esta asociación ofrece un certificado en Terapia Basada en Lógica (LBT) a través del Instituto de Pensamiento Crítico.
La Asociación Americana de Profesionales Filosóficos (APPA) fue fundada en 1998 en Nueva York por el profesor Lou Marinoff. Esta asociación ofrece un programa de capacitación en consejería filosófica para aquellos filósofos que desean ejercer la práctica de la consejería filosófica. Publica también una revista profesional y tiene en su sitio web una lista de miembros certificados como consejeros filosóficos. Actualmente en el mundo hay un número considerable de asociaciones profesionales de consejería filosófica.
Metodología
Los métodos y orientaciones de los asesores filosóficos varían considerablemente. Algunos profesionales, como Gerd B. Achenbach (Alemania), Michel Weber (Bélgica) y Shlomit Schuster (Israel) están dedicados a una perspectiva dialógica y dialéctica. Sostienen que el asesoramiento filosófico tiene la finalidad de generar en los pacientes habilidades filosóficas que además tienen implicaciones terapéuticas. Algunos profesionales de la filosofía práctica, especialmente Louis Marinoff (EEUU), ven la práctica filosófica como una área separada distinta de las prácticas en salud mental como la psicología; mientras otros, especialmente Elliot D. Cohen (EEUU), piensan que están necesariamente entrelazadas.
Las actividades propias de la práctica filosófica incluyen:
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el examen de los argumentos y justificaciones de los pacientes
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la clarificación, análisis y definición de términos y conceptos importantes
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la exposición y examen de presupuestos e implicaciones lógicas
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la exposición de conflictos e inconsistencias
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la exploración de teorías filosóficas tradicionales y su importancia para los asuntos del clientes
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cualquier otra actividad que haya sido históricamente identificada como filosófica.
Aunque no hay una metodología única para el asesoramiento filosófico, nuestro enfoque es socrático y nuestra orientación, psicoanalítica. ¿Esto cómo se manifiesta en el trabajo en la sesión? ¿A qué se "expone" el paciente que toma la decisión de iniciarse en un asesoramiento filosófico de este tipo? Fundamentalmente, de lo que se trata es de enfocar el diálogo a través de un proceso de escucha activa y atenta, que pueda descubrir en el discurso aquellos elementos que estructuran la vivencia de su realidad, para después analizarlos e incluso cuestionarlos mediante la discusión. El asesoramiento no impone un punto de vista. El paciente tiene toda la libertad para descubrir el camino hacia la verdad que considere más adecuado a sus valores y formas de entender la vida.
OBJETIVOS
Según el Preámbulo de las normas de práctica de la NPCA, un consejero filosófico ayuda a sus pacientes a clarificar, articular, explorar y comprender aspectos filosóficos de sus sistemas de creencias o visiones del mundo. Los asesorados pueden solicitar asesoramiento en la exploración de problemas filosóficos relacionados con temas tales como una crisis de la mitad de la vida, un cambio de carrera, el estrés, las emociones, la asertividad, la muerte, la temporalidad, el sentido de la vida y la moralidad.
No es preciso, por lo tanto, tener una especial inclinación por la filosofía, pues tod@s somo filósof@s en la medida en que nos aturden preguntas sobre el sentido y la condición moral o existencial de nuestras vidas. La duración del tratamiento varía en función de los motivos que traigan al paciente a la consulta. Este puede encontrar en el asesor tanto un guía puntual, que le ayude en la toma de una decisión importante, como un compañero que le oriente amistosamente en la senda del autoconocimiento.
Nuestra práctica de asesoramiento se despliega en dos momentos fundamentales, de acuerdo a cuáles sean los intereses y necesidades de cada persona: por una parte, el diálogo filosófico o mayéutica, mediante la que el orientador ofrece al asesorado una serie de preguntas que le permitirán alcanzar una comprensión novedosa y más profunda de sus problemas, para que este pueda enfocarlos desde una perspectiva constructiva y, por lo mismo, apaciguadora. Gracias a ello, toda persona que acuda a la consulta puede aprender una práctica que le ayudará a ganar en autonomía emocional para afrontar las sucesivas dificultades que nos ofrece la vida. En segundo lugar, nos servimos del psicoanálisis como una herramienta fundamental para aquellas personas que quieran profundizar en el transfondo inconsciente de sus problemas. Como regla general, toda práctica filosófica debería complementarse con un psicoanálisis riguroso, mediante el que asesor y consultado se aseguren de que están siendo plenamente críticos en sus consideraciones, y que por lo tanto están llevando a la práctica el diálogo filosófico con la mayor honestidad. El autoengaño, en el que se basan buena parte de las prácticas terapéuticas hoy vigentes, es el peor enemigo de aquel que quiere enriquecer o mejorar su vida con ayuda de la filosofía.

C/ Donoso Cortés, núm 2, 46005, Valencia.


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